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El virus más fuerte e invisible del siglo XXI

  • 1 mar 2020
  • 6 Min. de lectura

El nivel educativo de calidad no es garantía de estabilidad emocional en los adultos, pero hoy en día vemos algo más grave, tampoco en los niños y adolescentes; los cambios en los ambientes familiares de la sociedad y en los “avances” en el entorno son determinantes en los problemas de salud mental en los niños desde muy temprana edad y en adolescentes.

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“Es una realidad que los adolescentes de hoy en día viven acorde con la exigencia del mundo globalizado, teniendo una gran serie de cambios en los estilos de vida tradicionales, impactando a nivel biopsicosocial, como es el caso del consumo de alcohol y tabaco y en casos más extremos el consumo y abuso de drogas, un fenómeno asociado a la violencia, que pueden traer como consecuencias un daño físico (accidentes, lesiones, discapacidad e inclusive la muerte) en los adolescentes”[1]

Además de los cambios anteriores, hoy en día existe un factor muy importante: los padres permisivos; dominados por los niños desde muy pequeños, padres que le temen a poner límites por perder el cariño de sus hijos o admiración de otros padres.

Este problema de querer lo “mejor sin límites, sin estructura y sin reglas claras” para nuestros hijos nos está llevando a un problema mayor ya que los padres permiten y fomentan el acceso incontrolado a ver pantallas electrónicas, creando así una adicción a éstas “sin darse cuenta”; unido a estas tecnologías, aparecen los juegos de reacción inmediata, videojuegos donde se presenta violencia y no olvidemos las redes sociales que hoy se viven con presión y con cierta competencia entre sus usuarios; finalmente toda la presión y la competitividad que exigen las escuelas por aprender y saber más; ser el mejor o el primero nos hace vivir a todos en un mundo completamente irreal y desconectado.

Todos los adultos que están alrededor de los pequeños: padres, escuela, especialista y familiares debemos trabajar en equipo e identificar que cada uno juega un rol importante y necesitamos estar alerta y en constante comunicación.


Los padres debemos saber separar las actividades familiares, de las laborales y sociales dándole el justo valor a cada una, especialmente cuando estamos con nuestros hijos, aprendamos a escucharlos, a observarlos y a darnos el tiempo para realmente conocerlos y ser más cercanos a ellos, sin sobreprotegerlos en exceso y dándoles las responsabilidades adecuada a su edad, no seamos padres sobreprotectores, “padres helicóptero” que le resuelven todo a sus hijos de manera inmediata, ayudémosles a buscar y a pensar sus propias soluciones y que las lleven a cabo desde el acompañamiento y atentos a que no corran riesgo; ésta es una de las mejores manera revertir este virus, dejemos de crear niños débiles que ante cualquier circunstancia se frustran o se deprimen, que deciden no continuar y buscan soluciones poco saludables; el acercamiento con nuestros hijos nos ayudará a detectar signos de alerta en su comportamiento, con sus amigos de escuela y en el tipo de relaciones que tienen, lo que nos ayudará a prevenir un accidente o una depresión, de manera física como emocional, estamos hablando de enfermedades, y como tal deben tratarse, por lo que es importante prevenir este virus tan fuerte que está invadiendo a la sociedad poco a poco.

El amor incondicional y la confianza que le generemos a nuestros hijos es la mejor clave para poder llevar a cabo una comunicación abierta, real y transparente dentro de nuestra familia.

La depresión es el trastorno o enfermedad mental más común en el mundo hoy en día, la generación más “conectada en la historia” es la más desconectada emocionalmente con ellos mismos, con lo que les gusta hacer, con sus relaciones cara a cara; la estamos dejando pasar a un segundo término; preocupémonos por que los niños, desde chiquitos, tengan oportunidad de experimentar, de auto descubrirse y conocerse, preguntémonos ¿porque hoy en día vemos mucha deserción escolar y mucha gente que cambia tantas veces de carrera? o ¿por qué no pueden enfrentarse a un obstáculo simple? Porque no tuvieron realmente el tiempo y espacio de explorar más allá de las pantallas.

“Entre 1990 y 2013, el número de personas con depresión o ansiedad ha aumentado en cerca de un 50%, de 416 millones a 615 millones. En México estos padecimientos ocupan el cuarto lugar en complicaciones médicas, y la depresión es uno de los más frecuentes”[2]

“De acuerdo con la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en México (ENEP), se estima que los trastornos mentales afectan a casi el 30 por ciento de la población. Además, 3 millones de personas son adictas al alcohol, 13 millones son fumadores y hay más de 400 mil adictos a psicotrópicos. Se ha documentado que entre el 1 y 2% de la población adulta ha intentado suicidarse y la tasa de suicidios consumados tiene una tendencia al alza, en este sentido en la actualidad, el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y los 29 años (OMS, 2018)” [3]

“Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que en 2020 la depresión será la segunda causa de mortalidad prematura y de discapacidad en el mundo, y la primera en países en vías de desarrollo como México, esto a pesar de que en casi el 50 por ciento de los casos es posible identificar los trastornos mentales antes de los 14 años.”[4]

Hoy en día la mayoría de los niños y adolescentes tiene pensamientos negativos sobre ellos mismos por que viven en competencia y presión constante, se comparan con los demás y se van creado una idea falsa sobre ellos, sintiendo que son los mejores, los más lindos etc., siempre con premios y competencias. Observamos que esto les está afectando enormemente, cuando se dan cuenta que alguien tiene cierta habilidad y ellos no, esto tiende a sobrepasarlos y les genera ansiedad, apatía, baja autoestima y depresión; necesitamos hacerles saber a nuestros hijos en qué son buenos y cuáles son sus áreas de oportunidad, a usarlas para su bien y el de la comunidad, en vez de competir sin un objetivo claro, solo de esta manera aprovechando la diferencia de cada ser humano y las fortalezas y debilidades de cada individuo, cada niño y joven podemos formar equipo, admirar al otro y a nosotros mismos, y solo así podremos contra este virus causante no solo la depresión sino también de la ausencia de padres, amigos y personas “cercanas”. Eduquemos para y por la paz.

Hoy observamos también que los papas están ausentes no por estar lejos de sus hijos sino por estar sentados JUNTO A ELLOS conectados a alguna tecnología.

La tecnología puede ser muy buena pero hoy en día esta tan mal usada que se ha convertido en un virus que puede provocar muchas “muertes”, pero que también podemos detener.


El Dr. Eric Jensen y otros colegas han investigado que el uso excesivo de la tecnología, así como hacer varias cosas al mismo tiempo, afecta significativamente y destruye nuestras conexiones neuronales de la materia gris(es la célula del cerebro y sus ramificaciones llamadas dendritas) que están en nuestro lóbulo frontal y tiene la función de controlar nuestros impulsos y regular nuestras toma de decisiones, lo que afecta en la empatía y el entender al otro, esto en los más vulnerables: niños y jóvenes, además se ha demostrado que deja un vacío emocional afectándoles demasiado en su toma de decisiones, lo que los puede llevar a atentar contra su vida, últimamente hemos visto el aumento de suicidio en niños, preguntémonos si esto tiene influencia.

Para controlar este virus tan grande es necesario poner tiempos cortos y concretos al uso de la tecnología, ser padres y maestros más presentes, que trabajan en equipo, dando un sentido a todos de esperanza.

Johan C ,Maxwell comenta “donde no hay esperanza en el futuro, no hay poder en el presente”[5] y tiene razón, necesitamos transmitir esta esperanza para poder acabar con tanta enfermedad y violencia, ponerle fin al trabajar en conjunto padres, profesores, adultos y especialistas, siendo personas amorosas y responsables que no tengan miedo a poner límites y disciplina, enseñarlos a resolver sus problemas sin frustrarse no hacerlo por ellos, ver que todo tiene una solución, y estar abiertos a la comunicación con nuestros hijos desde pequeños y si notamos algún signo de alarma acudir a un especialista de confianza y seguir correctamente sus instrucciones.

Esta es la manera de erradicar este virus que tanto nos ha afectado fuertemente a todos.

No queremos perder ningún familiar más ni niños, jóvenes o adultos por no ponerles atención, abramos los ojos, acudamos a especialistas y ayudemos poniendo lo mejor de nuestra parte, estemos atentos a estas terribles estas enfermedades.

[1] Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades. Perfil Epidemiológico de Niños, Niñas y Adolescentes del Estado de México. México, 2018. Tomado de: http://salud.edomex.gob.mx/cevece/documentos/documentostec/documentos/2018/PENAEM.pdf, Febrero de 2020 [2] C. Velázquez, Elizabeth, Lino, Manuel. Depresión: en 2020 será la principal causa de discapacidad en México. 2018, tomado de: https://www.animalpolitico.com/2018/07/depresion-2020-discapacidad-mexico/ Febrero de 2016 [3] Martínez Daniel, Salud en México 2019 ¿A qué prestar atención? Psyciencia. 2019. Tomado de: https://www.psyciencia.com/salud-en-mexico-2019-a-que-prestar-atencion/ Febrero de 2020 [4] Idem [5] John Calvin Maxwell es un escritor, coach y conferencista estadounidense que ha escrito mas de 100 libros que se centran principalmente en liderazgo, trabajo en equipo y crecimiento personal (www.johnmaxwell.com)


 
 
 

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